"Un
mar quieto", de Fernando Linetzky
Carla
Cohen
Tenés los ojos tapados. Ya no recordás quién te los
tapó o si acaso te los tapaste a vos mismo. Estás solo, parado en un lugar que
sentís destemplado; como aquellos alimentos mal descongelados en el microondas.
Sólo el viento te arropa, pero también te pega. Ahora no importa adivinar si es
de día o de noche, da lo mismo cuando es la oscuridad tu propio relleno.
Entonces, tus pies, quietos, se hunden cada vez más. Y esa salida te sabe a
paz.
Esta es la receta que nos regala "Un mar
quieto". Un ciclo roto en un momento justo. Una composición lograda desde
un foco pequeño y límpido, de un presente hediondo. Su claro punto de vista
consigue con perfección acercar al lector a la motivación del personaje e
involucrarlo en su historia.
Así, con novedosa habilidad, Fernando Linetzky nos
presenta una obra de equilibrio entre tensión y significación, un universo de
universos que transforma lo ilógico, lo inaceptable, en algo familiar. La vida
misma.
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2012", organizada por el Grupo Alejandría, desde acá.